МАРК РЕГНЕРУС ДОСЛІДЖЕННЯ: Наскільки відрізняються діти, які виросли в одностатевих союзах
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Тлумачний словник |
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EL MENDIGO Y EL PELUQUERO
En la peluquería de Jacinto, situada en la Plaza Mayor de Villarriba, entró una mañana un hombre con el pelo muy largo, vestido con un traje viejo y raído. El peluquero pensó que probablemente aquel hombre no podría pagarle. A pesar de ello, le atendió con amabilidad, le cortó el pelo y le afeitó. Al terminar, el cliente puso unas cuantas monedas encima de la mesa, vació los bolsillos hacia fuera para demostrar que no tenía nada más en ellos y dijo:
-Es todo lo que tengo. Si lo hubiera sabido antes, hubiera preferido quedarme con el pelo largo.
Jacinto era un hombre bueno y decidió dejar que el mendigo se fuera, sin coger siquiera las pocas monedas que había puesto encima de la mesa. Le despidió diciéndole:
-Váyase en paz, buen hombre. Puesto que no tiene dinero, le regalo el corte de pelo y el afeitado.
En ese momento entró en la peluquería un conocido de Jacinto, que vivía en un pueblo cercano y que saludó cortésmente al mendigo:
-Muy buenos días don Joaquín. -¿Le conoces? –preguntó el peluquero. -¿Cómo no voy a conocer al hombre más rico de mi pueblo?
El peluquero se sintió engañado e insistió en que el falso mendigo tenía que pagarle por su trabajo. Éste, a su vez, argumentaba que Jacinto le había regalado el corte. Finalmente fueron a buscar a Tobías, que era alcalde y juez de paz, para que decidiera lo que se debía hacer. Tobías escuchó a las dos partes y luego tomó la siguiente solución salomónica:
-Usted –dijo dirigiéndose a don Joaquín- no tiene que pagar: el peluquero le regaló el corte de pelo y el afeitado. Pero tú –dijo a Jacinto- no tienes por qué cortarle el pelo gratis a un millonario. Por lo que mi sentencia es que las cosas vuelvan a su estado inicial y que el millonario no se mueva de aquí hasta que vuelvan a crecerle el pelo y la barba.
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